JUEGO Y APRENDIZAJE TEMPRANO

Misión Ternura

Niñas y niños poseen la capacidad de descubrir el mundo mediante el tacto, el olor, el sonido, los sabores y la visión, por consiguiente son curiosos desde el momento en el que nacen e interpretan su entorno a cada instante. El juego es el mecanismo mediante el cual niñas y niños aprenden. Cuando las y los infantes realizan sus actividades cotidianas, juegan y aprenden. Mientras juegan se activan todos sus sentidos para conocer el mundo que los rodea, así el juego permite desarrollar y perfeccionar habilidades (UNICEF, 2017).

Durante los cinco primeros años de vida, el cerebro de los seres humanos crece como en ninguna otra etapa de la vida. Cuando las y los niños juegan, sus cerebros trabajan poderosamente y es así que a través del juego aprenden a: hablar y pensar (conectar palabras y acciones, comprender conceptos, usar la imaginación, entre otros elementos), moverse y a ejecutar acciones a voluntad, a expresar sentimientos y a relacionarse con los demás (UNICEF, 2017).

Por ello, Misión Ternura considera vital, el fortalecer las capacidades de las personas cuidadoras, para que estas acompañen el juego y orienten experiencias enriquecedoras que potencien su desarrollo.