Jimmy Andrade conservó su casa en España gracias a gestión consular ecuatoriana
Dos años después de la crisis bancaria de 1999, Jimmy Andrade Salazar, tomó una de las decisiones más complejas de su vida: viajar a España. El plan parecía simple y sin mayores riesgos. En esos tiempos, en Ecuador se declaró un feriado bancario que congeló los ahorros de miles de ecuatorianos. La crisis llegó y con ella su correlato inevitable, la desintegración familiar.
En 2001 Jimmy dejó en su natal Guayaquil a su esposa Dolores Soriano y sus dos hijos, Jorge Andrés y Angie Patricia, que en ese entonces tenían 10 y 6 años de edad, respectivamente.
La despedida no fue fácil. Hubo lágrimas y plegarias de familiares y amigos. En esa época, Jimmy era una cifra más en las estadísticas de los ecuatorianos que viajaron al país ibérico en busca de mejores días. Hoy, ese relato permanece escondido en la memoria colectiva.
Dolores hizo un pacto con su esposo, ella lo esperaría en Guayaquil hasta que él legalice su residencia y pueda volver a juntar a toda su familia. Y así lo hizo años más tarde.
En 2006, Jimmy contrajo una hipoteca de 231.000 euros para adquirir un departamento en Madrid. El trabajaba en el sector de la construcción y sus ingresos le alcanzaban para costear una cuota mensual que llegaba a los 1.400 euros mensuales.
España vivía una crisis, refiere Jimmy. La situación provocó que en abril de 2011 pierda su empleo. Recuerda que sin embargo a pesar de eso continuó pagando el valor de la hipoteca y en junio de 2013 dejó de hacerlo por falta de recursos.
“Estaba desesperado y tuve mi primera cita de asesoramiento con la abogada Alejandra, del Consulado de Ecuador en Madrid”, dice Jimmy, quien en la actualidad tiene 48 años.
En el encuentro, recuerda, el trato siempre fue muy profesional, cordial y atento. Empatizaban mucho con mi situación, me ayudaban a redactar los escritos y otras diligencias. Finalmente, el 30 de diciembre pasado fue con su esposa y el abogado a firmar la dación en pago en la notaría, con la que pudo cancelar la hipoteca y asegurar la propiedad de su departamento.
Fuente: Relaciones Exteriores